lunes, 20 de mayo de 2024

R.M.N.

 


Unos días antes de Navidad, Matthias (Marin Grigore) vuelve a su pueblo natal de Transilvania, tras dejar su trabajo en Alemania. Está preocupado por su hijo, Rudi (Mark Edward Blenyesi), que ha crecido sin él, y por su padre, que se ha quedado solo, y desea volver a ver a Csilla (Judith State), su exnovia. Trata de implicarse más en la educación del niño, que ha pasado demasiado tiempo a cargo de su madre, Ana (Macrina Barladeanu), y quiere ayudarle a superar sus miedos irracionales. Cuando la fábrica que Csilla dirige decide contratar a empleados extranjeros, la paz de esta pequeña comunidad en la que conviven rumanos y otras minorías, la mayoritaria de ellas de origen húngaro, se verá perturbada, y las inquietudes afectarán también a los adultos. Las frustraciones, los conflictos y las pasiones volverán a aflorar, rompiendo la paz aparente de la comunidad.


El título del film corresponde a las iniciales de "resonancia magnética nuclear" y aunque ambientada en Rumania, podría estarlo en cualquier otro país occidental, pues básicamente, el argumento es una reflexión sobre la xenofobia, aunque aborda problemas como la precariedad laboral, el maltrato en la pareja, la disparidad de criterios en el ecologismo y otros asuntos de actualidad en la Unión Europea y lo fragmentada que está en cuanto a asuntos que influyen en la vida cotidiana de sus ciudadanos.


Sus dos protagonista representan visiones antagónicas, Matthias, de profesión matarife, es un tipo de mediana edad, mezquino, padre separado, agresivo y de ideas cerradas. Csilla, es una mujer culta, amante de la música que interpreta a veces en su violoncello, de trato agradable, inteligente, amable, liberada y progresista en sus concepciones. Todo un retrato de lo que son nuestras sociedades, en las que es cierto que en el medio hay multitud de escalones, pero que se resumen en el enfrentamiento entre estas dos maneras de ser, pensar y actuar, dos formas de entender la vida condenadas a convivir aunque lo hagan de espaldas. 
Muy dura la historia que plantea, con una sociedad casi cerril que se niega a que unos negros procedentes de Sri Lanka (lo mismo da de donde procedan), vengan a trabajar a su pueblo, con argumentos peregrinos: Que si son musulmanes (en realidad son católicos y les niegan el acceso a la iglesia), que detrás de ellos vendrán las familias (dan por hecho que tienen diez hijos y tres mujeres, lo cual no es cierto), que manipulan el pan que ellos van a comer y hasta el médico empieza a pontificar sobre los peligros que supone esto, porque los virus y bacterias que portan asiáticos y africanos son distintos a los que hay en occidente y nos pueden matar a todos, citando el sida y otras enfermedades que, según su criterio, nos van a contagiar y cuando la dueña de la fábrica le replica que han superado un exhaustivo reconocimiento médico, él dice que a saber quién se lo hizo y si no estará falsificado.
Cristian Mungiu, guionista y realizador del film, ha demostrado en otros films su preocupación por los llamados temas sociales y lo vuelve a hacer en esta película que supone una clara denuncia en asuntos que no nos resultan para nada ajenos (los extranjeros llegan después de que los anuncios solicitando operarios lleven semanas colgados y nadie haya acudido a la fábrica de pan, porque solo pagan el salario base) y que conduce a un final desconcertante y extraño sujeto a variadas interpretaciones, con una escena culminante, la reunión de los vecinos en el centro cultural, un plano secuencia rodado con cámara estática, donde explotan todas las tensiones que hemos ido viendo cómo crecen y se enconan a lo largo de la película.




viernes, 17 de mayo de 2024

EL CIELO ROJO (AFIRE)

 


El engreído escritor León (Thomas Schubert) viaja con su mejor amigo, el fotógrafo Felix (Langston Uibel), para pasar unas vacaciones de verano cerca del Mar Báltico durante las que pretende acabar su segunda novela. Cuando llegan, descubren que su casa ya está ocupada por una vitalista mujer que desafía a León a abrirse. Mientras tanto, los incendios forestales azotan a su alrededor y se aproximan anunciando un desastre inminente.


Con un tema tan actual como las consecuencias del desarrollo incontrolado y del cambio climático, ambos aunados en ese fuego que acecha y en el que la película refleja muy bien lo que buena parte de la sociedad piensa, resumido en una frase de uno de los personajes: "El viento siempre sopla del mar, no hay por qué preocuparse, aquí estamos a salvo, el fuego no llegará". ¿Cuántos de nosotros vemos así las cosas que están ocurriendo, con tal de estar a salvo, nos importa poco que se queme la casa del vecino, ni te digo si las cosas ocurren en el país de al lado o los desastres climáticos se producen a miles de kilómetros.


Además de esa denuncia, el alemán Christian Petzold, guionista y realizador del film, utiliza el incendio (que tiene mucha importancia en la película, como se verá hacia el final), como una metáfora sobre la propia existencia del protagonista, un tipo egoísta y solitario, que no ve o no quiere ver, lo que ocurre a su alrededor, qué les sucede a las personas cercanas, a quienes le aman y se preocupan por él. Da por hecho que está por encima del común y que los demás son meros acompañantes, figurantes en la historia de su vida. 
La narración tiene un tono de humor muy particular, no de los que arrancan carcajadas, sino de esos que algunos ni siquiera perciben, siempre de la mano de las meteduras de pata que acompañan la actitud de León, al que las cosas parecen salirle mal precisamente a causa de su engreimiento. Esta actitud que hace repulsivo y atractivo a un tiempo al personaje, el misterio que envuelve a Nadja (Paula Beer) y ese incendio al que apenas prestan atención, mantiene el interés de este film de argumento aparentemente sencillo, en el que a partir de cierto momento, todo lo que hemos visto hasta entonces, que nos puede resultar hasta insulso, cobra sentido y nos damos cuenta de que el film es más complejo y que navega por mundos que se nos presentan llenos de detalles como los riesgos y beneficios de profundizar en emociones tan desconcertantes como la vergüenza y tan impredecibles como el amor. 
A veces es necesaria una tragedia en nuestra vida para que aprendamos a descubrir lo necios que hemos sido desdeñando pequeños placeres porque no nos agradaba la compañía o porque considerábamos pueril a quien nos proponía acompañarle a algo tan sencillo como acercarse a la playa a contemplar el mar.




jueves, 16 de mayo de 2024

GODLAND

 


En la segunda mitad del siglo XIX, cuando Islandia era un dominio danés, Lucas (Elliott Crosset Hove), un pastor luterano  es enviado desde Dinamarca a la volcánica isla para construir una iglesia y fundar una parroquia en una pequeña comunidad islandesa. Aunque advertido por su obispo de las dificultades de adaptación que supone la isla, opta por desembarcar en el extremo opuesto al lugar dónde se encuentra la comunidad, y recorrer el interior de la isla a caballo. Lleva además una pesada cámara fotográfica de placas, que usa preparando su propio material sensible sobre la marcha. Pero el viaje le pasará factura, la mala relación con Ragnar (Ingvar Sigurðsson), su guía islandés, con quien no se puede comunicar al desconocer la lengua; la muerte de su traductor debida a una desafortunada decisión suya; la enfermedad... Finalmente se irá recuperando cuando llegue a su destino, gracias a Carl (Jacob Lohmann), un granjero danés  y sus hijas Anna (Vic Carmen Sonne) e Ida (Ída Mekkín Hlynsdóttir). Pero nada será ya como esperaba.


Cuando de una película que cuenta una historia, que tiene un guion, diálogos, personajes varios, las críticas lo que alaban por encima de otras cosas, incluso lo único que alaban, es la fotografía, ya pueden echarse a temblar. Algo de esto ocurre con este film del que algunos hablan como una especie de western, que digo yo que será porque aparecen caballos, eso sí, caballos vivos y muertos, muchos caballos. 
Está claro que estéticamente el film no puede ser reprochado, pero en lo demás, es de esas películas que dividen a crítica y público, porque para muchos de quienes la han visto, se trata de un film insulso, con personajes desdibujados y una historia mal llevada y sin profundidad alguna.


Sin embargo, hay un aspecto sobre el que apenas he encontrado comentarios, será porque pasa desapercibido, no es otro que una crítica latente, pero constante, al colonialismo y a la forma en que los países desarrollados tratan a sus posesiones y a quienes las habitan. Y es que el asunto está tratado de manera sutil, el protagonista, por ejemplo, repite varias veces que no entiende el islandés cuando su guía se dirige a él, pero lo hace con desprecio y desde la soberbia, incluso alguna vez en que habla con su compatriota Carl sobre los islandeses, éste lo hace de forma absolutamente despectiva. 
Para mí, una película en que la estética y la forma, se impone al fondo que su realizador y guionista, el islandés Hlynur Palmason, haya querido transmitir.
Por cierto, he leído que el título en inglés del film ("Godland", o sea "Tierra de Dios"), difiere de forma importante del original, pues al parece el original quiere significar algo así como "Tierra olvidada".




miércoles, 15 de mayo de 2024

UNA VIDA NO TAN SIMPLE

 


Isaías (Miki Esparbé), 40 años, era un prometedor arquitecto. Ahora pasa sus días entre su estudio de arquitectura, en el que apenas tiene trabajo, y el parque donde juegan sus hijos a la salida del colegio. Dondequiera que esté, Isaías siente que no está donde debería. En la relación con su mujer, Ainhoa (Olaya Caldera), se nota el paso de los años y lo agotadores que pueden ser los niños. Isaías entabla amistad con Sonia (Ana Polvorosa), madre de otro niño del cole, una relación que le llevará a reflexionar sobre su propia existencia.


Dicen algunos críticos, yo pienso que con razón, que el film es el retrato de una parte de una generación ya no tan joven, que se debate entre la competencia y el consumismo, en esa especie de obligación de obtener el éxito que se les ha predicado, aquello de que lo que se desea se puede conseguir y que debido a estos principios de los que acaban imbuidos, no encuentran su lugar en la sociedad.


Félix Viscarret saca adelante esta película que, según él, en algún momento le resultaba lenta y aburrida, de forma profesional, con un argumento atractivo que profundiza en el comportamiento humano, con personajes que viven situaciones complicadas típicas de sociedades desarrolladas (desempleo o poco trabajo, frustración por no obtener éxito profesional, desesperación por lo que consideran una vida monótona...) y lo hace con un exiguo presupuesto, prácticamente con unos pocos decorados y un mensaje final de esperanza basada en el amor y la familia.




martes, 14 de mayo de 2024

GUERRA DEL PUEBLO. EJÉRCITO DEL PUEBLO

 

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial estalló un nuevo conflicto en la península de Indochina entre el ejército nacionalista que dirigía Ho Chi Minh, que había desalojado al ejército japonés de gran parte del país y proclamado la República Democrática de Vietnam, y el cuerpo expedicionario francés del general Leclerc, que pretendía conservar para Francia su antigua colonia.
Tras casi nueve años de sangrienta guerra, en 1954, se reunió la Conferencia de Ginebra con objeto de poner fin al conflicto entre franceses y vietnamitas. La Conferencia se prepara en un clima de alta tensión, ya que las tropas vietnamitas, al mando del gran estratega general Giap, han sitiado la importante posición francesa de Dien Bien Phu, mandada por el coronel De Castries. El cerco se convierte en un "tour de force" que va a conducir al desenlace de todo el conflicto.
El mismo día en que comienza la conferencia, el 7 de mayo de 1954, llega la explosiva noticia: los vietnamitas se han apoderado de Dien Bien Phu y los franceses se han rendido. Este hecho condicionará la atmósfera de la Conferencia y facilitará la postura de abandono del negociador francés, el recién nombrado primer ministro Pierre Mendès-France.
El autor del libro, el general Vo Nguyen Giap, miembro del buro político del comité central del Partido de los trabajadores de Vietnam y comandante en jefe del ejercito popular de Vietnam, aborda en el mismo cuestiones básicas de la lucha armada popular dirigida por el Partido Comunista de Vietnam y la construcción de las fuerzas armadas del pueblo. 
En su libro relata el planteamiento táctico y el desarrollo de la trascendental batalla de Dien Bien Phu, la fortaleza considerada por los franceses (y por los norteamericanos), como capaz de resistir cualquier ataque. El éxito vietnamita radicó en el plan de General Giap de un ataque y un avance más lentos, pero más seguros: "atacar para vencer, no atacar sino cuando se tiene la certeza de la victoria; en caso contrario, abstenerse". Así, en lugar de un ataque rápido y de gran envergadura, los vietnamitas llevaron a cabo una campaña a largo plazo, concentrando esfuerzos en puntos concretos que iban conquistando al enemigo, estrechando el cerco cada vez más, hasta la conquista del aeropuerto, que supuso un punto de inflexión y la posterior victoria definitiva, con la captura de todo el estado mayo del campo y un total de 16.200 prisioneros, incluídos un general, 16 coroneles y 1.749 oficiales y suboficiales. 
Si bien se atribuye a Ho Chi Minh el mérito ideológico de sus victorias contra japoneses, franceses y estadounidenses, de Giap es el mérito militar, tras haber podido mover, desmontadas por la selva, armar y suministrar munición a cientos de pesadas piezas de artillería, para convertir la base avanzada del ejército francés, en una ratonera, para sorpresa y asombro de todos.
Genio logístico, convincente político y gran conductor de masas, la leyenda rodea la vida de este hijo de campesinos que acabó siendo un gran amigo, siempre leal, del legendario presidente Ho Chi Minh. Casi tan venerado como el Tío Ho, Giap redefinió varios conceptos de la lucha armada, en particular la guerra de guerrillas y la teoría de la guerra popular. Hombre extremadamente inteligente, Giap fue un autodidacta que llevó durante casi cuatro décadas las riendas del ejército vietnamita. Se forjó en la doctrina guerrera de Mao y la adaptó a la particular idiosincrasia del vietnamita, fortaleza que explotó casi tan magistralmente como las debilidades enemigas.




lunes, 13 de mayo de 2024

UNA BONITA MAÑANA

 


Sandra Kienzler (Léa Seydoux), una joven traductora, madre de una niña de ocho años a la que cría sola, pues su pareja murió hace cinco, visita con regularidad a su padre, quien padece una enfermedad neurodegenerativa. Mientras ella y su familia luchan para conseguir plaza en alguna residencia en la que reciba las atenciones que buscan y les resulte accesible económicamente, Sandra se reencuentra con Clément (Melvil Poupaud), un amigo al que llevaba tiempo sin ver y que atraviesa por dificultades en su matrimonio. A pesar de que él está casado, inician una apasionada historia que no tiene un claro futuro.


Película realista en el sentido de que sus personajes lo son, podemos reconocerlos fácilmente, a ellos, a los problemas por los que atraviesan sus vidas y a algunas de las reacciones y formas en que los enfrentan. Pienso que más de uno y una, pueden verse reflejados, si no en todos, en algunos de los trances que vive la protagonista. Pero el film no se queda en eso, en esa especie de tragedia cotidiana, sino que no renuncia al romanticismo y su encanto que puede hacer que una vida con problemas peliagudos tenga alguna que otra bonita mañana.


Película conmovedora que sabe sortear la sensiblería, con buenas actuaciones de todo el elenco, entre los que destaca Léa Seydoux. Buen trabajo en general de la realizadora y guionista Mia Hansen-Løve que se inspira en episodios autobiográficos, en esta ocasión en la enfermedad de su propio padre y en la ocupación de éste, también antiguo profesor de filosofía.
Una película que emociona, con momentos duros, como lo es la vida y un contrapeso de leve humor, casi siempre en escenas en que aparece la niña, Linn (Camille Leban Martins), que tiene un personaje muy bien dibujado e interpretado con solvencia. 




viernes, 10 de mayo de 2024

GOLPE DE SUERTE

 


Fanny (Lou de Laâge) y Jean (Melvil Poupaud) parecen el matrimonio ideal: ambos son profesionales de éxito, viven en un precioso apartamento en un exclusivo barrio de París y parecen tan enamorados como cuando empezaron. Un día camino del trabajo, ella se cruza con Alain (Niels Schneider), un antiguo compañero del instituto al que no ve desde entonces. Alain vive cerca del trabajo de Fanny y quedan para comer en varias ocasiones. Él le confiesa que siempre estuvo enamorado de ella y comienzan una aventura. Fanny no se siente a gusto engañando a su marido que siempre ha sido bueno con ella y está decidida a dejarle. Pero Jean ha notado algo raro en su mujer y contrata un detective privado para que la siga.


Thriller romántico en clave de comedia negra con los temas recurrentes de Woody Allen. Para algunos, entre sus mejores trabajos de los últimos años.
En un ambiente de alta sociedad, esos yuppies de los noventa que ya se han asentado como triunfadores, el film carece de la mordacidad hacia este sector social que hemos visto en algunos trabajos pasados de Allen y parece como si sencillamente se dedicara a observar sus vidas acomodadas en los ambientes sibaritas.


Recuerda algo a Match Point (2005) aunque en un tono más ligero y enfocada como una comedia negra con un sorprendente giro final que a más de uno le sacará una sonrisa y que nos trae a la memoria, como ya han señalado algunos críticos, alguna de los tesis ya expuestas por Dostoyevski en su Crimen y castigo, en este caso referidas a la suerte, en la que Jean no cree, pero que acaba jugando un papel determinante. 
Una deliciosa intriga criminal que avanza a buen ritmo, con una elegante fotografía del maestro Vittorio Storaro, que consigue recrear el otoño parisino y refrenar el habitual ritmo frenético de Allen y una llamativa banda sonora donde predomina el jazz de los años 60. Todos los actores son franceses que nunca antes habían trabajado con Allen y a los que el director sabe sacar el mejor partido.
Quizá los diálogos no alcanzan la brillantez de otros films del neoyorkino, pero la película resulta muy entretenida.