-¿Cómo tantísimo güeno por aquí, mi tiniente? -repúsole el ventero abandonando la yunta y avanzando lentamente hacia los recién llegados.
Total, que el hombre arrió vela y se salió del puerto, y que yo, por no matar a mi Dolores, me he vinío, y que no voy ya más allí manque me amarren a una yunta.
La entrada de la Rabicortona hizo levantarse al Pímporrío, e, cual, recordando las actitudes en que solía subyugar las hembras más indóciles y descontentadizas en sus ya remotas mocedades, plantóse la mano derecha en la cintura, echóse con la zurda el blanco pero sobre la sien y sin arquear el busto, por tenerlo ya más quearqueado por la edad, exclamó comiéndose a aquélla con los ojos: -¡Olé ya por las jembras de chipé, de bandera, de tronío, y bendita sea la yunta que inventó tu dinastía!
Ustés figúrense que el Chiquito, que entoavía no sabía lo que era pagarle una iguala al barbero, estaba el mozo que berreaba por una tal Antoñuela la Picúa, una chavalilla más espigá que un lentisco, y más torneá que una pirindola, y más rebonita que el sol, hija del cartero de Gaucín, aonde había dío por aquel entonces el del Altozano a cerrar un tratillo de una yunta que teníale encargá jacía ya la mar de tiempo Tobalico el Caracola.
-Pero si es que yo no sé lo que hoy le pasa a este bicho. ¡Si este animal tira más que la «yunta de las ánimas»! -Pos déjala que escanse una miaja, y tan y mientras jecharemos un cigarro.
MOLINA DE ARAGÓN: Adobes, Alcoroches, Algar de Mesa, Alustante, Anquela del Ducado, Anquela del Pedregal, Baños de Tajo, Campillo de Dueñas, Castellar de la Muela, Castilnuevo, Ciruelos del Pinar, Cobeta, Corduente, Checa, Chequilla, Embid, Estables, Fuembellida, Fuentelsaz, Herreria, Hombrados, Luzón, Maranchón, Mazarete, Megina, Milmarcos, Mochales, Molina de Aragón, Morenilla, Orea, Pardos, Pedregal (El), Peralejos de las Truchas, Pinilla de Molina, Piqueras, Pobo de Dueñas (El), Prados Redondos, Rillo de Gallo, Rueda de la Sierra, Selas, Setiles, Taravilla, Tartanedo, Terzaga, Tierzo, Tordellego, Tordesilos, Torrecuadrada de Molina, Torremocha del Pinar, Torremochuela, Torrubia, Tortuera, Traid, Valhermoso, Villel de Mesa, Yunta (La).
¡Por lo menos, mi Eugenia, esta que me he forjado sobre la visión fugitiva de aquellos ojos, de aquella yunta de estrellas en mi nebulosa, esta Eugenia sí que ha de ser mía, sea la otra, la de la portera, de quien fuere!
Pero los dos estaban demasiado calientes para entender razones y siguieron manoteando y gritándose, hasta que don Pedro se cansó y les dijo: -Si son tan sotretas que no saben tirar parejo aunque se les enseñe a andar en yunta para bien de los dos, tendremos, no más, que meterle al juicio.
Refunfuñó don Ramón, pero quedó medio apaciguado por la piadosa mentira de la vieja; y ésta volvió a su cocina, añadiendo entre dientes: -Si la madre fue perra, lástima que no seas el padre; los dos hubieran hecho buena yunta.
Y el fervoroso cristiano que volvía del templo, lleno su corazón de místicos regocijos; y el célibe egoísta que, empuñando el roten, se desperezaba a la puerta de su, casa, dispuesto a emprender el higiénico paseo extramuros; el labrador afanoso que arreaba la yunta y dirigía el arado para abrir el primer surco en su heredad; y el bracero menesteroso..., cada cual a su manera, saludaba con himnos del corazón aquel inolvidable Sábado de Gloria de 1878.
Que yo le puse collera y se lo prendí al picazo, porque como era malazo presumí que se me juera. Y ni bien se aquerenció cuando cierta madrugada, con la
yunta y la manada una partida se arrío.
Hilario Ascasubi
Al lado de la yunta andaba un boyero de piernas desnudas y quemadas por el sol, los pies calzados con sandalias, y vestido con una especie de camisa de tela, ahuecada en la cintura; un sombrero de paja cónico, echado hacia atrás y sujeto al cuello por una cinta, dejaba ver su cabeza, de un tipo desconocido hoy, la frente baja atravesada por duras nudosidades, el pelo rizado y negro, la nariz recta, los ojos tranquilos como los de sus bueyes, y el cuello de Hércules campesino.